Auto-liderazgo y Recursos Humanos

 

Auto-liderazgo y Recursos Humanos

 El Auto-liderazgo lo podemos definir como un conjunto de procesos mediante los cuales las personas controlamos nuestro comportamiento. Pero no nos podemos quedar ahí, sólo auto-liderándonos sino que debemos ayudar a nuestros colaboradores a que se dirijan a sí mismos también por lo que deberíamos construirnos un organigrama mental de ellos para poder influir mejor, ayudándoles a crear oportunidades de mejora.

Para poder ejercer bien el auto-liderazgo, necesitamos una serie de aptitudes y actitudes tales como autoestima, autoconfianza, autodisciplina, autoconocimiento, etc.

 

¿Podemos considerarnos líderes si no nos auto-lideramos antes?

¿Cuántos realmente sentimos que lideramos nuestra propia vida?

¿Cómo nos sentimos al hacerlo?

 

El auto-liderazgo implica buscar el sentido de nuestra vida, de nuestra existencia, para ver si lo que pensamos, sentimos y hacemos va en coherencia a lo que queremos realmente, con nuestros propósitos en la vida y con lo que realmente somos.

Supone dirigir nuestra vida, hacer lo que nos gusta y motiva cuando podamos y/o debamos, hacer lo que queremos y no lo que nos digan, pensar, sentir y comportarnos con inteligencia emocional, pero decidiéndolo nosotros conscientemente.

 

También supone reflexionar sobre nuestro sistema de creencias, porque mis comportamientos dependen de mis sentimientos y éstos de mis pensamientos, y pensamos así porque creemos así. Nuestro sistema de creencias dirige nuestros pensamientos. Las creencias, pensamientos que doy como ciertos, son el verdadero “andamio” con el que construimos nuestra vida. Nuestro cerebro no distingue entre representaciones “falsas” y “verdaderas”, así que si yo CREO algo y me lo represento, el cerebro lo dará por válido y funcionará en torno a esa creencia.

 

Se trata de identificar aquellas creencias que son nuestras, instaladas por nosotros mismos en base a nuestras experiencias, valores, nuestro propio discernimiento, etc. Esas son auténticas y diferenciarlas de las que nos han instalado a través de diversos medios (medios de comunicación, influencia de personas…) que nos hace estar manipulados con finalidades que probablemente y en el fondo no nos convengan, aunque creamos que sí. Nuestras creencias están instaladas a niveles bastante profundos de nuestra psique, por lo que son difíciles de detectar y corregir. La buena noticia es que las creencias se pueden cambiar, modificando las representaciones (mapas) que les dieron origen. Para conseguir esto, podríamos comenzar haciéndonos, entre otras, las siguientes preguntas:

 

¿Son nuestras o nos las han instalado?

¿Por qué creemos eso y no otra cosa?

¿Desde cuándo pienso de esa manera? ¿Qué ocurrió para que pensara así?

¿Me gusta lo que creo y pienso?

¿Me conviene tener esas creencias?

¿Puedo cambiar mis creencias? ¿Cómo? ¿Cuánto lo deseo?

 

Otra cuestión importante es decidir desde donde queremos auto-liderarnos, si desde nuestro Ego o desde nuestra Esencia.

 

Si decidimos hacerlo exclusivamente desde nuestro Ego, nos auto-limitaremos y sin saberlo, crearemos las mismas circunstancias que nos limiten y limitarán nuestros esfuerzos en el futuro. Supone aplicar modos de comportamiento negativos relacionados con el egoísmo, la ambición, el egocentrismo, hacer juicios, rechazo, celos, crítica, miedos a perder poder o protagonismo y un largo etcétera.

 

Si decidimos hacerlo desde nuestra Esencia (nuestro verdadero Yo), aplicaremos comportamientos fundamentados en el Amor, por lo que proporcionará bien a los demás. Ya no necesitaremos utilizar esos comportamientos “negativos”. Nuestra consciencia se dirigirá a afirmar a los demás, a nutrir, alimentar, enseñar, proteger, cuidar, orientar, mantener y satisfacer las necesidades de nuestros colaboradores. En resumidas cuentas, acciones que van a favor de la “unión” y no de la separación.

 

Para hacer todo esto, que requiere mucho esfuerzo y consciencia, necesitamos la actitud y el compromiso necesario. También vamos a necesitar un poco de auto-confianza en que podemos hacerlo. Vamos a necesitar Fe, que viene del griego Pistis, cuyo significado es confianza.

 

El modelo de Generación y Desarrollo de Actitudes, puede ser una buena herramienta (ver pestaña “Sostenibilidad y Recursos Humanos”). Si queremos, podemos aumentar la consciencia y comprobar todo el bien que nos puede causar auto-liderarnos desde nuestra Esencia e iremos aprendiendo cómo hacerlo. A medida que vamos expandiendo nuestra consciencia, crearemos una nueva forma de consciencia y, se va desarrollando al unísono, nuestra fuerza de voluntad para conseguir nuestros propósitos y a medida que vamos desarrollando nuestra fuerza de voluntad comenzaremos a auto-liderarnos desde nuestra Esencia basándonos en ella para realizar acciones y metas, encontraremos la inspiración, nos empoderaremos y nos vigorizará a nosotros y a nuestro equipo (virtud).   

Cuando entreguemos nuestra fuerza de voluntad a este modo de auto-liderazgo, veremos los frutos y al verlos, aparecerá la virtud que nos llevará al deseo o voluntad de querer más y comenzará una nueva retroalimentación, si fin. A la vez ayudaremos a nuestros colaboradores a que se auto-lideren utilizando lo que Daniel Goleman llama preocupación empática: “La base de la compasión, es como el sentimiento que tienes a tu hijo y aplicarlo a otra persona: desear y preocuparte que la otra persona se sienta segura, feliz y plena. Que es lo mismo que deseamos para nuestro hijo” (Goleman, 2018).


         Fig. 1 Generación de Actitudes. Fuente: elaboración propia

 

No se trata de buscar una nueva consciencia “purificada”, somos humanos con emociones, sentimientos e instintos. El instinto de supervivencia con el que estamos dotados, es totalmente necesario y útil. Además, tenemos que sobrevivir en este mundo tan altamente competitivo en todas sus facetas, no solo en la laboral. También tenemos deseos, gustos, preferencias que nuestro Ego nos reclama satisfacer. El Ego es el guardián de nuestra individualidad. El Ego garantiza nuestra supervivencia y además, a través de sus impulsos para satisfacerse, mantiene vivo el anhelo de volver al “origen” (las 9 cartas, 2000).  Lo que propongo es la búsqueda de un equilibrio entre auto-liderarnos desde nuestra Esencia y nuestro Ego. Nuestro discernimiento nos dirá en cada momento cuál de ellos predomina o tiene más peso dependiendo de la situación.

De esta manera contribuimos modestamente a una sociedad mejor, poniendo nuestro granito de arena en nuestras tareas relacionadas con los recursos humanos, ayudándonos y ayudando modestamente a cumplir el eterno y verdadero objetivo de la vida: que el Alma poco a poco vaya ganando control sobre los impulsos del Ego (anónimo).

 

Mira más allá de la visión materialista, pues jamás olvides la dimensión espiritual del hombre; mira más allá de la visión espiritualista, porque jamás olvides tu condición humana”.

Prefacio de la obra de Viktor Frankl “El hombre en busca de sentido” (Freire, 2015)

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario