Actitud sostenible y Recursos
Humanos
Pero ¿Cómo se contribuye más
específicamente a la sostenibilidad desde la gestión de los Recursos Humanos?
En un estudio realizado por la Ivey
Business School preguntando a los CEO sobre la sostenibilidad, el 93% lo
consideraba como factor clave de éxito y crecimiento, pudiendo llegar a ser un
verdadero generador de ventaja competitiva.
En mi modelo de Generación y Desarrollo
de Actitudes, partimos de la voluntad o el deseo de querer hacerlo, cuando esa
es realmente nuestra intención aparece la fuerza motivadora o el impulso que
nos llevará a aumentar nuestra consciencia, es decir aumentamos nuestro
conocimiento sobre los beneficios y las consecuencias de hacerlo o no hacerlo.
Al expandir nuestra consciencia motivada por el deseo de hacer, aumentamos el
conocimiento de nosotros mismos y de la realidad que nos rodea, lo que nos
llevará a actuar en consecuencia y equilibrio.
“El pensamiento se queda en la fuerza
electromagnética y toma forma. También se puede volver contra ti”. (Las 9
cartas, 2000). Toma forma porque vibra más intensamente y altera las
“partículas” eléctricas o de energía de la materia. Tanto la voluntad o deseo
como la consciencia se retroalimentan, a mayor voluntad más deseo de saber y
cuanto más sabemos, mayor voluntad de querer hacer.
La vida te va
ofreciendo resistencia para el cumplimiento de tus deseos, a medida que vamos
expandiendo nuestra consciencia, se va desarrollando, al unísono, nuestra
fuerza de voluntad para conseguir nuestros propósitos y a medida que vamos
desarrollando nuestra fuerza de voluntad, la “vida” te regala la virtud de
hacer junto a la percepción de que te cuesta cada vez menos trabajo. Eso es que
estamos desarrollando esa virtud.
Y tenemos una buena noticia, todas estas facultades expuestas y representadas en mi modelo, las tenemos todas las personas por el mero hecho de serlo. Son facultades naturales según el TAO
Todo esto es
lógicamente para desarrollar la actitud de querer hacerlo. Ahora hay que
implementarlo, pero por mucho que sepamos el qué y el cómo, necesitamos lo más
importante que es querer hacer lo que sabemos.
Podríamos
empezar poco a poco, estableciéndonos pequeños objetivos alcanzables, ponerlo
en funcionamiento, practicarlo y reforzarlo por ejemplo con micro-hábitos,
porque las antiguas formas de trabajar siempre se resisten.
Y puestos a
ello, hasta nos vamos a sentir mucho mejor. De eso se trata. “Cuando el pensamiento se hizo flexible, las
articulaciones se volvieron flexibles. No más dolor” (Morgan, 2009)
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